Hoy os vengo a hablar de la obra La dama de las camelias, la más conocida de Alexandre Dumas el hijo. No lo confundáis con Alexandre Dumas padre, que es el escritor de Los tres mosqueteros. Ambos no podían escribir cosas más diferentes, ya que el padre se enfoca en la aventura y heroísmo, mientras el hijo se centra en el amor y la tragedia. De hecho, La dama de las camelias se considera una historia entre el realismo y el romanticismo.
Pero, ¿de qué trata la historia? Pues Dumas nos relata la historia de un amor trágico que termina de manera infeliz. Tranquilos, no he hecho ningún spoiler, pues primero se nos cuenta la situación final de los protagonistas y después como han llegado a ella. Marguerita Gautier es una cortesana (o prostituta de la nobleza) y Armand Duval es un hombre de familia respetable pero sin una gran fortuna. Ambos se enamoran, pero la sociedad no verá con buenos ojos esa relación y salir de la vida de prostitución que ella lleva no será fácil, por no decir imposible.

El autor no tiene pelos en la lengua a la hora de retratar el sufrimiento y desgracias que padecen sus protagonistas. Tampoco a la hora
de criticar a la sociedad francesa del siglo XIX, principalmente sobre la doble moral que se aplica entre las acciones de los hombres que usan los servicios de las cortesanas y las propias Marguerita. Pero también se pone el dedo en la llaga con respecto a la obsesión de la época con la opulencia, el dinero y la apariencia.
Sin embargo, el tema fundamental de la obra claramente es la prostitución. Sin rodeos ni intentando romantizarlo, va directamente a la yugular sobre como ese mundo ata, destruye y luego abandona cuando ya no es útil a su protagonista. Siento que en realidad la historia de amor solo es un medio para transmitir el horrible mundo de Marguerita. Ella es la verdadera heroína que luchara con todas sus fuerzas por salir de un pozo en el que no recomienda a nadie meterse porque no merece la pena.
Estoy segura de que desde la perspectiva feminista la obra no es perfecta ni mucho menos y que tiene red flags, seguro. Pero para estar escrita por un hombre del siglo XIX creo que lo ha hecho bastante bien. No solo por retratar y defender a las prostitutas de su época, sino por decir explícitamente que ninguna acción de una mujer puede ser juzgada. Pienso que al menos por eso su obra se merece no ser olvidada.
Así que, si lo que buscas es una historia de romance trágico e imposible al estilo Moulen Rouge este es tu libro sin dudarlo.
Si quieres ver cuales fueron mis fragmentos y frases favoritas de esta obra ve a mi perfil de instragram. Hasta la próxima semana con más lecturas.
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