Siento si soy muy pesada con los libros de la colección de novelas eternas, pero es que tengo gran parte de los libros y tengo que sacar esas lecturas adelante. En este caso tocó aventurarse con La señorita Mackenzie de Anthony Trollope, un novelista victoriano destacado y uno de los primeros en considerar la escritura una profesión.
Nos cuenta la historia de la señorita Mackenzie, la cual pasa de no poseer nada a tener una fortuna considerable por una herencia. Esta cuestión pondrá patas arriba la vida de nuestra protagonista por varios motivos. Por un lado, tiene la oportunidad de experimentar la vida de una manera nueva debido a su cambio en su posición social. Por otro lado, numerosa gente empezará a relacionarse con ella y las propuestas de matrimonio la perseguirán, vaya donde vaya.
Reconozco que esta novela me ha gustado menos que otras de esta colección de las que ya os he hablado. El tema principal es el dinero y como cambian las cosas según la presencia o ausencia del mismo en tu vida. Obviamente, se ve en la vida de la protagonista, pero también en todos los demás personajes de una u otra manera. Derivado de esto también habla de las disputas familiares al rededor de dicho dinero. Como las herencias y las justicias o injusticias que ellas provocan resultan en resquemores, enfados y confrontaciones.
Otra cuestión que trata es como la sociedad también funciona a base de dinero. Esto se ve en que algunas personas no pueden permitirse la vida que deberían llevar según su clase social y se ven forzados a aparentar una realidad que no es hacia los demás. Ya que si la gente se entera de tus penurias económicas, quizá pierdas tus privilegios.
El lenguaje del autor, más allá de tener la complejidad propia de la época, es curioso. El mismo se burla y expone sus opiniones sobre los personajes de su propia historia. Eso creo que refuerza el darnos un sentido concreto al leer, como si no quisiera que perdiéramos de vista la cuestión principal.
Sin embargo, siento que el autor alargo sin necesidad la obra. Llega un punto en el que siendo claro el final para el lector, pues todos los problemas están resueltos, por algún motivo que desconozco, decide introducir un personaje conflictivo que me parece bastante forzado. Además, es que el personaje insiste a pesar de que todos le dicen que no va a conseguir nada y que no tiene razón. Así que cuando al final desiste todo se resuelve tal como se podía haberse resuelto numerosas páginas atrás.
De esta manera, tampoco es que tenga una reflexión sobre el dinero especialmente novedosa ni una trama intrigante, pero si quieres entretenerte con una lectura tranquila donde recuerdas que en la vida todo lo que viene puede irse tan rápido como ha venido, es una opción.
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